Impacto de la inteligencia artificial en las técnicas de ciberseguridad
La inteligencia artificial está comenzando a abrirse un hueco en nuestras vidas. Sistemas de fabricación industrial, reconocimiento de imágenes, asistentes de voz, etc. Cada vez hay más dispositivos que muestran características que algunos podrían clasificar de inteligentes según el test de Turing.
Test de Turing
Pero ¿qué es el test de Turing?
Se trata de un procedimiento que pretende acotar el concepto de inteligencia artificial a través de una prueba experimental en la que una persona debe valorar si lo que está al otro lado de una pantalla es un ser humano o una máquina simplemente analizando su comportamiento. Ya hace algunos años algunos programas consiguieron pasar este test. Sin embargo, aún estamos lejos de poder llamar inteligente al comportamiento de los ordenadores.
Actualmente se están desarrollando nuevas técnicas para dotar a los ordenadores de esa llamada inteligencia y aplicarla a diferentes entornos de nuestras vidas. Los sistemas de clasificación son probablemente los más habituales y los que más éxito han tenido. Reconocimiento de imágenes, sistemas de predicción, etc. son algunos de sus primeras áreas de actuación. Estos sistemas clasifican una entrada al sistema siguiendo unos patrones previamente codificados.
Deep Learning
Una de las técnicas más utilizadas por estos programas es la de las redes neuronales -que dan nombre a lo que se conoce como deep learning. Las redes neuronales aprenden a clasificar automáticamente un problema a través del modelado de sus características mediante el uso de ejemplos que le sirven para aprender. Al igual que el aprendizaje humano, las redes neuronales extrapolan características que permiten identificar patrones en los datos de entrada.
Precisamente esta propiedad es la que está impulsando su uso en los entornos de seguridad. El análisis de comportamiento de usuarios o de procesos permite clasificarlos como amenazas o potenciales fuentes de riesgo. Un gran número de herramientas de seguridad están utilizando ya esta técnica para la detección de intrusos, la ejecución de malware, la protección de puestos de trabajo, la identificación de botnets o la predicción de futuros ataques. Su uso progresivamente se irá extendiendo y permitirá experimentar con nuevos algoritmos haciendo uso de las fuentes de datos generados por los sistemas de monitorización de redes.
También en la seguridad, la inteligencia artificial parece que tiene un camino por delante.