SD-WAN, la tercera fase de seguridad en el teletrabajo

En este último año, muchos hemos tomado nuestros equipos informáticos y los hemos trasladado a nuestros domicilios para seguir trabajando desde unas “nuevas oficinas”. Hemos pasado de entornos controlados, con elevados anchos de banda, a entornos remotos con comunicaciones difícilmente gestionables y optimizables. Y es ahora cuando nos damos cuenta de la utilidad de las redes SD-WAN.

¿Y si las aplicaciones solo trabajaran con datos cifrados?

En muchas ocasiones, los datos son utilizados por aplicaciones software cuyo control excede al legítimo propietario de la información. ¿Podríamos mantener la privacidad de los datos frente a estas terceras partes?
La teoría dice que existe la posibilidad de que un proveedor procese nuestra información cifrada y posteriormente nos devuelva el resultado sin que nadie, salvo nosotros mismos, podamos conocer el contenido. Se llama “homomorfismo”.